Desde que la constituyente, aprobó la constitución vigente de los colombianos (1991), más de una tercera parte de los departamentos del país, se quedaron sin representación en la cámara alta; es decir, que de los 32 departamentos, 11 carecen de voceros en el senado de la república y esto de por sí, constituye una odiosa discriminación, difícilmente vista en otras democracias del mundo.
Junto al Chocó, los otros departamentos que no cuentan con voceros en la cámara alta son: Casanare, Amazona, Arauca, Casanare, Guainía, Caquetá, Meta, Putumayo, Vaupes y Vichada. Los cuales están a la espera que un proyecto de reforma constitucional, que por enésima vez cursa en el congreso, les devuelva su derecho a tener por lo menos, un representante en la esquiva corporación. Pero como todo lo del pobre es robado, a ese pobre proyecto le han resultado, todo tipo de proyectos que se le atraviesan en el camino y no ha dejado que el mismo haga su trámite en paz de Dios. Por todas estas razones y otras mil más, es que mi furibundo Uribismo, se ha ido languideciendo hasta llegar a la indiferencia.
Aunque este proyecto tiene el aval del partido de la U y de todos los parlamentarios de la Media Colombia, realmente son pocas las posibilidades que sea aprobado en la presente legislatura que termina el próximo 16 de diciembre; ya que es sabido por todos, que las comisiones primeras se encuentran enfrascadas en la discusión del proyecto reeleccionista de Uribe y del proyecto de reparación de las víctimas del conflicto armado, lo cual constituye una excusa oportuna para los enemigos del proyecto, que en el fondo son la mayoría parlamentaria.
Lo que se espera es que los chocoanos, al igual que el resto de departamentos que no tienen senadores, deben rechazar cualquier postulación que en nuestro nombre vengan a proponer estos foráneos, porque como ha quedado totalmente demostrado, en reiteradas ocasiones, siempre se va lanza en ristre contra nuestros intereses.
Que si el proyecto tiene el apoyo del gobierno nacional, francamente no lo creo. Uribe, siempre le prende una vela a Dios y como 40 al diablo; por eso es que anda metido en cuanto lío se descubre, pero para el Chocó nanay cucas. La invitación es que repensemos la política en el departamento. Es ahora o nunca.
Junto al Chocó, los otros departamentos que no cuentan con voceros en la cámara alta son: Casanare, Amazona, Arauca, Casanare, Guainía, Caquetá, Meta, Putumayo, Vaupes y Vichada. Los cuales están a la espera que un proyecto de reforma constitucional, que por enésima vez cursa en el congreso, les devuelva su derecho a tener por lo menos, un representante en la esquiva corporación. Pero como todo lo del pobre es robado, a ese pobre proyecto le han resultado, todo tipo de proyectos que se le atraviesan en el camino y no ha dejado que el mismo haga su trámite en paz de Dios. Por todas estas razones y otras mil más, es que mi furibundo Uribismo, se ha ido languideciendo hasta llegar a la indiferencia.
Aunque este proyecto tiene el aval del partido de la U y de todos los parlamentarios de la Media Colombia, realmente son pocas las posibilidades que sea aprobado en la presente legislatura que termina el próximo 16 de diciembre; ya que es sabido por todos, que las comisiones primeras se encuentran enfrascadas en la discusión del proyecto reeleccionista de Uribe y del proyecto de reparación de las víctimas del conflicto armado, lo cual constituye una excusa oportuna para los enemigos del proyecto, que en el fondo son la mayoría parlamentaria.
Lo que se espera es que los chocoanos, al igual que el resto de departamentos que no tienen senadores, deben rechazar cualquier postulación que en nuestro nombre vengan a proponer estos foráneos, porque como ha quedado totalmente demostrado, en reiteradas ocasiones, siempre se va lanza en ristre contra nuestros intereses.
Que si el proyecto tiene el apoyo del gobierno nacional, francamente no lo creo. Uribe, siempre le prende una vela a Dios y como 40 al diablo; por eso es que anda metido en cuanto lío se descubre, pero para el Chocó nanay cucas. La invitación es que repensemos la política en el departamento. Es ahora o nunca.
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